ECLIPSE TOTAL DE SOL
29 MARZO 2006
En la mañana del 29 de Marzo de 2006 , la expedición Urania Turquía 2006, se encontraba a primera hora de la mañana en la terraza del hotel Arinna, cerca de Manavgat, a únicamente 6 kms. de la línea central del eclipse total de Sol que iba a ocurrir unas horas después. Todo eran preparativos, ajuste de telescopios, trípodes, filtros, reparto de gafas eclipseras, equipos fotográficos, etc.
Expedición Urania Turquía 2006,
en terraza hotel Arinna (la totalidad acababa de ocurrir) © Rodrigo Ripero
Ajustando el Coronado PST y buscando protuberancias © Germán Ortega
Trasteando con el GPS © Rodrigo Ripero
Las coordenadas de nuestro lugar de observación (medidas con tres GPS Garmin) eran las siguientes :
Latitud : 33º 45′ 19″ N
Longitud : 31º 26′ 55.9″ E
Altura : 12 ms.
A las 11:37 de la mañana, hora local, el espectáculo comenzaba cuando el disco solar comenzaba a ser «mordido» por el disco negro lunar. Ya empezaban los suspiros y sudores, y las cámaras fotográficas, tanto digitales como químicas, empezaban a echar humo (y lo que les quedaba…). Teníamos una batería de telescopios suficiente para la contemplación del evento, empezando por una buscador Lumicon de 80 mms., un telescopio Coronado PST, varios telescopios terrestres y una gran diversidad y profusión de prismáticos, todos lógicamente con sus correspondientes filtros totales para la observación segura del eclipse.
Cola de uranitas para la contemplación de las fases parciales del eclipse. © Rodrigo Ripero
La expectación iba aumentando en función del tanto por ciento de Sol eclipsado, porque del equipo de 30 uranitas desplazados hasta Manavgat, únicamente 3 observadores habían tenido la experiencia de la contemplación de un eclipse total de Sol.
Fase parcial del eclipse, entre 1 y 2º contactos. © Rodrigo Ripero
Cada vez iba quedando menos para la hora de la «verdad» porque a la 13:54 iba a comenzar la totalidad, la luz ambiente cada vez era más mortecina y las sombras eran muy extrañas, las sombras más extrañas, se empezaban a poder observar las sombras típicas del eclipse, todos haciendo sombras con las manos… A esa hora la emoción de la gente alcanzó su grado máximo cuando el disco negro lunar cubrió por completo el disco solar y empezó a ser visible esa maravilla visual que únicamente pueden observar unos cuantos elegidos en la zona de totalidad, la corona solar. Ya teníamos noticias de que al estar el Sol en su mínimo de manchas, la corona no iba a ser redonda, presentando quizás irregularidades importantes. Pues en efecto así fue visible, porque una vez comenzada la totalidad se vio claramente que la corona para nada era esférica sino que presentaba un aspecto muy peculiar, con dos jirones hacia el Este y otros dos también escalonados hacia el Oeste. El autor de este artículo fue el encargado de avisar de «fuera filtros de cámaras y telescopios y gafas a guardar….» (con el consiguiente alboroto de quitar y poner filtros de todos los telescopios, prismáticos y demás instrumental eclipsero)
Jirones corona solar (posición 10-11 y 13-14 horas) © Odd Hoydalsvik
Todo era admiración por parte de las uranitas cuando comenzó la totalidad, la luz ambiental muy oscura, la bajada en temperatura (se registró una bajada en temperatura de 4º entre el inicio del eclipse y la fase de totalidad, de 24.2 ºC a 20.3, cerca del máximo del eclipse). Las colas de uranitas que contemplaban arrobados la corona solar por el telescopio Lumicon se hacía interminables, y todos eran comentarios de admiración del espectáculo. Se veían claramente protuberancias, incluso una se adivinaba a simple vista, y por el telescopio era un espectáculo ver esos «surtidores» de luz blanca que manaban del disco negro lunar…
El espectáculo está a punto de empezar!!!. © Odd Hoydalsvik
Corona solar y protuberancias, justo antes del principio y final de la totalidad. © Odd Hoydalsvik
Corona solar en todo su esplendor. Máximo del eclipse total. © Odd Hoydalsvik
De repente, en que poco lapso de tiempo pasan algo más de 3 minutos y medio, se empieza a «sentir» más luz ambiental y zas! el fogonazo del final de la totalidad, los primeros rayos de luz solar se «cuelan» por los valles y cráteres lunares anunciando el final del espectáculo eclipsero. (unos segundos antes de este hecho, pude distinguir claramente un fino anillo de diamantes (perlas de Bailly) que rodeaba a gran parte del disco negro solar, una gran protuberancia en la zona norte solar y el primer fogonazo de la luz solar que anunciaba el fin del eclipse, todo a la vez; ésta será para mí lógicamente la imagen del eclipse)
Anillo de diamantes, justo instantes después del 3º contacto. © Odd Hoydalsvik
Fases del eclipse, desde poco después del primer contacto a poco antes del cuarto. © Odd Hoydalsvik
Totalidad, entre 2 y 3º contactos. © Rafael Ruiz
Durante el eclipse se produjo una bajada desde el principio del mismo a la mitad de la totalidad de 4ºC, y durante la totalidad pudimos contemplar los planetas Mercurio y Venus y la estrella Vega en el horizonte contrario donde se encontraba el Sol eclipsado.
Bueno, pues una vez que hemos descrito el espectáculo tan maravilloso que pudimos contemplar, describiremos algo del fantástico viaje que hicimos, porque hay que recordar, que «hay vida, después del eclipse»
Nuestro viaje empezó unos días antes en la zona de la Capadocia, contemplando las peculiares formaciones que ha dejado en esa zona de Turquía, la actividad volcánica que ocurrió en esa zona hace unos cuantos millones de años. Qué formaciones tan bonitas las de Uchisar, Zelve, Avanos, etc.
Valle de Goreme, Capadocia, con sus iglesias rupestres.. © José Ripero
Nuestros ruegos de buen tiempo se cumplieron, pero algo ayudo el amuleto del «mal de ojo» © José Ripero
Formaciones geológicas de Zelve, Capadocia. © José Ripero
Formaciones geológicas de Aksalur, Capadocia. © José Ripero
Uchisar, Capadocia © José Ripero
Después seguimos nuestro camino bajando hacia el sur de Turquía, Manavgat, donde íbamos a ver el eclipse; pasamos por las ciudades de Konya, Beysehir para llegar finalmente el lunes 27, en medio de una fenomenal tormenta de agua y aparato eléctrico a Manavgat (menos mal que fue la última lluvia que vimos en unos cuantos días y al día siguiente amaneció radiante y con cielo azul; de hecho la tarde anterior al eclipse, algunas personas del grupo nos fuimos a dar un baño a la playa cercana). El día anterior al eclipse estuvimos haciendo turismo viendo Perge y Aspendos.
Tumba de Mevlana, Konya, fundador de la cofradía mística los Derviches Giróvagos © José Ripero
Capiteles policromos de madera. Mezquita de Esferoglu, Beysehir. © José Ripero
Perge. © José Ripero
Teatro romano de Aspendos. © José Ripero
La misma tarde del día del eclipse emprendimos viaje hacia Pammukkale, Efeso y Bursa, antes de volver nuevamente a Istanbul, donde cogeríamos el avión que nos trasladaría a la «guinda» de este viaje tan especial, a admirar la ciudad maravillosa que construyeron los nabateos, Petra.
Cascadas calcáreas de Pammukale. © José Ripero
Fuente de Trajano. Efeso. © José Ripero
Biblioteca de Celso, Efeso. © Paco Montalbán
Mezquita Azul. Estanbul. © José Ripero
Cisterna de Yerabatan, Estambul. © Paco Montalbán
Puesta de Sol sobre el Cuerno de Oro, desde la Torre Gálata. © José Ripero
Bazar de la Especies. Estanbul, venden de todo… © José Ripero
Bocatas flotantes, para el viaje en barco. © José Ripero
Iglesia de Kariye (Chora), Estanbul. © José Ripero
Basílica de Santa Sofía, Estanbul. © José Ripero
Pues una vez en Estambul, emprendimos una excursión de 3 días que nos iba a llevar a deleitarnos con la contemplación de Petra y el desierto de Wadi Rum.
Es verdad!, existe y que bonito es… © José Ripero
Tesoro, Petra ohhhhhhh!!!!. © José Ripero
Sinfonia de colores en piedra (I), Petra. © José Ripero
Sinfonía de colores en piedra (II), Petra. © José Ripero
Museo, Petra. © José Ripero
Tumbas reales, Petra. © Rodrigo Ripero
Wadi Rum, desierto de Jordania © José Ripero.
Expedición Urania, en Wadi Rum, Jordania. © Rodrigo Ripero
Atardecer en Wadi Rum (I) © Paco Montalbán
Atardecer en Wadi Rum (II) © José Ripero
Así nos dejó el Sol negro del eclipse…(Embarrados en el Mar Muerto). © Paulino Montero
Ah, sinvergüenzas, a si me pagáis el haber contemplado este espectáculo sin igual… © Germán Ortega
Agradecer a varios miembros de la expedición, Paco Montalbán, Angel Lorigados, Germán Ortega, Rafael Ruiz, Rodrigo Ripero, Miguel Rodriguez y Paulino Montero por vuestras excelentes fotos. También desde aquí agradecer sinceramente el permiso para reproducir sus fantásticas fotos a nuestro amigo de Bergen, Odd Hoydalsvik, que estuvo también en Manavgat, desde donde realizó las fotos tan espectaculares del eclipse que figuran en esta página web.
Madrid, 1 de Mayo de 2006