EXPEDICIÓN URANIA
AUSTRALIA – NUEVA ZELANDA 2012
La expedición Urania empezó su periplo a nuestras antípodas terrestres el viernes 2 de noviembre de 2012, con un viaje un poco accidentado al principio, porque perdimos el enlace Singapur-Darwin, y tuvimos que ir al suroeste de Australia, la ciudad de Perth, para luego volver a coger un avión que nos llevó a nuestro destino primitivo, la ciudad norteña de Darwin (un vuelo extra de 5 horas, para empezar con ganas el viaje…)
En Darwin empezamos nuestro periplo australiano, con visitas al parque nacional de Kakadú, con gran diversidad de zonas arqueológicas con abundantes ejemplos de pinturas aborígenes, excelentes paisajes y más moscas de las normales, je.
Pinturas aborígenes, PN Kakadú © José Ripero
Foto de la expedición Urania Australia 2012, a la entrada del PN Kakadu. © José Ripero
Canguros salvajes «desayunando». Resort Aurora Kakadu. PN Kakadú © José Ripero
Después de unos agradables días en Darwin con visitas al PN Kakadu, paseo en barco por la bahía, visitas a tiendas y museos aborígenes, nos trasladamos vía aérea al siguiente destino de nuestro viaje, con llegada a Alice Springs y posterior traslado por carretera hacia la zona de Kings Canyon, en el Outback del centro australiano.
En la zona de Kings Canyon, pudimos contemplar por primera vez los cielos australes con excelente visión nocturna de la Cruz del Sur, Alfa y Beta de Centauro, cúmulo Caja de las Joyas, Canopus, Achernar y Nubes de Magallanes, que buena pinta tenían esos cielos y que negros estaban…
Zona del Jardín del Edén. Kings Canyon © José Ripero
En la zona de Kings Canyon y después de subir algún promontorio rocoso pudimos disfrutar de la visión desde la parte superior del cañón, del complejo sistema de barrancos, cortadas y zonas rocosas del complejo geológico de esta zona del Outback australiano. Fue una caminata de 3 ½ horas que nos sirvió de entrenamiento para futuras marchas y paseos turísticos.
Kings Canyon © José Ripero
De Kings Canyon nos desplazamos también por carretera por el desierto australiano, al famoso complejo geológico del parque nacional de Uluru-Kata Tjuta, el celebérrimo Ayers Rock y la formación rocosa vecina denominada popularmente las Olgas (Kata-Tjuta).
Uluru se encuentra a 450 kms. al suroeste de Alice Springs, dentro de la región del Northern Territory australiano. Cuando la ves por primera vez comprendes su naturaleza sagrada para los aborígenes de la zona (etnia Anangu). Es una roca arenisca con una altura máxima de 348 ms., 9 kms. de contorno y 2,5 km. por debajo de la superficie terrestre. Al verla aislada, en un terreno totalmente llano y desértico es lógico estar de acuerdo en la descripción de los aborígenes que dicen que parece «una verruga y/o ombligo del mundo».
Uluru – PN Uluru-Kata Tjuta © José Ripero
Son famosos los cambios de tonalidad de la roca en función de la inclinación de los rayos solares y la expedición Urania pudo disfrutar de la visión de Uluru, tanto al amanecer como atardecer, este último antesala de una maravillosa cena a la luz de las estrellas en medio del desierto…
Uluru a la luz del atardecer © José Ripero
Uluru en el ocaso solar © José Ripero
Los canapes viendo la puesta de Sol en Uluru y las Olgas, más la cena en el desierto australiano, en un paraje situado entre las Olgas y Uluru, sencillamente espectacular, un buffet libre (barramundi, canguro, cocodrilo, búfalo, ensaladas y postres) en medio de la nada y con las nubes de estrellas del centro de la Vía Láctea de fondo, es un espectáculo que recomiendo a todos los que se acerquen por la zona porque merece y mucho la cena y el ambiente que la rodea, mientras contemplas la maravillas del cielo austral.
Cena «The Sounds of Silence». PN Uluru-Kata Tjuta © Isidro Ribas
Esa noche no pudimos hacer finalmente la observación contratada en Ayers Rock y la dejamos para la noche siguiente. En efecto, con las primeras horas de oscuridad nos encontramos con un grupo de aficionados australianos encabezados por Mike que con cuatro telescopios y sus monitores correspondientes nos deleitaron con la observación de objetos del hemisferio sur. Nubes de Magallanes muy altas y claramente visibles, cúmulos globulares como 47 Tucanae (al principio de la noche) y Omega Centauri de madrugada, constelaciones como Tucán, Mosca, Falsa Cruz y en horas de madrugada Carina y la Cruz del Sur, con Rigil Centaurus y Agena. Cúmulos de estrellas como la Caja de Joyas, nubes de gas como el Saco de Carbón, nebulosas difusas como las visibles en Carina, galaxias en el cenit como NGC 253, etc. Después de 5 horas de observaciones en un cielo negro y oscuro, en el que pudimos comprobar la bien ganada fama de cielos negros y estrellados que tiene la zona de Ayers Rock.
Noche de observación, 9 Nov 2012, Ayers Rock, expedición Urania Australia 2012 © José Ripero
El autor de esta página web pudo disfrutar de la propia habitación del resort de la contemplación de cielos estrellados ya que desde la pequeña terraza de la habitación eran bien visible toda la bóveda celeste en un cielo negro y sin contaminación lumínica. Constelaciones y objetos como las Nubes de Magallanes, Cruz del Sur, Alfa Centauro, Omega Centauri y otros objetos del hemisferio sur fueron claramente visibles sin moverme prácticamente de mi terraza (mis prismáticos echaban fuego, je)
Cruz del Sur, Saco de Carbón, cúmulo Caja de las Joyas (derecha foto) y Alfa Centauro (Rigil Centaurus), Beta Cen (Agena) (izda. foto)
Después de 3 días por la zona de Ayers Rock, la expedición Urania se desplazó a Cairns que fue la ciudad elegida donde íbamos a observar el eclipse total de Sol del 14 de noviembre, desde la propia playa del resort Kewarra.
El Kewarra resort (sin duda el mejor hotel que pudimos disfrutar en todo nuestro viaje) era una serie de cabañas rodeadas por palmeras y vegetación (algún miembro de la expedición se topó con algún serpiente resultona de la zona, je) disponiendo de una fantástica playa privada, desde la que pensábamos poder observar el eclipse total de Sol de 2m 05 sgs de duración, al amanecer del 14 de noviembre.
Kewarra Beach resort © José Ripero
Playa del Kewarra Beach resort, playas preciosas pero solitarias!!! © José Ripero
Playa Kewarra Beach, con red protectora anti-medusas © José Ripero
Carta de identificación de las «bichas»… (atentos al dato!!) en la playa del Kewarra Beach © José Ripero
Como bien nos dijo nuestro buen amigo Bob Evans en 2009 (en su visita a Madrid para el Congreso organizado por Cosmocaixa Madrid, con motivo del Año Internacional de la Astronomía) sic «el mejor sitio para bañarse en Australia es la bañera del hotel…». Serpientes venenosas (la más venenosa del mundo, la Taipan de interior) el animal con la neurotoxina más potente, la Medusa Caja (períodos de reproducción de noviembre a mayo, que gracia nos tocó), arañas mortales, pez piedra, pulpo de anillos azules, etc. etc. vamos el paraíso de los animalejos peligrosos.
Taipan de interior. Featherdale © José Ripero
Medusa caja (box jellyfish – Chironex), la «Bichaaa»
Antes de la observación del eclipse del 14 de noviembre pudimos disfrutar de varios días de asueto en la zona de Cairns, con visitas y viajes al tren panorámico de Kuranda, parque de naturaleza de Wooroonooran, cataratas Josephine falls, granja de cocodrilos Johnstone river y una jornada completa de snorkerling y buceo en la Gran Barrera de Coral australiana.
La visita al tren panorámico de Kuranda nos llevó al recorrido de uno de los trenes escénicos más espectaculares del mundo con un viaje por tren por túneles y vistas espectaculares sobre gargantas y cascadas. Una vez terminado el recorrido pudimos visitar un santuario sobre mariposas australianas y para volver a nuestro punto de partida nos trasladamos en el Sky Rail, espectacular teléferico que te lleva por las cimas del bosque lluvioso tropical con varias paradas para observar la flora y fauna local.
Tren panorámico de Kuranda © José Ripero
Recorrido tren panorámico Kuranda © José Ripero
Cascadas Barron Falls, Kuranda © José Ripero
Mariposa, Butterfly sanctuary, Kuranda © José Ripero
Sky Rail, Kuranda © José Ripero
Josephine Falls © José Ripero
En la granja de cocodrilos Johnston river pudimos contemplar gran cantidad de animales, sobre todo cocodrilos (para cría, carne y pieles). Vimos gran cantidad de animales entre otros, canguros en semilibertad, casuarios, emús, cotorras, dingos y los grandes cocodrilos en pequeñas piscinas, que aunque en cautividad, en general presentan un aspecto de estar muy bien alimentados y atendidos.
El individuo que lleva el control de los tickets de entrada en la granja, je no se le cuela ni uno… © José Ripero
Stephanie dando de comer a los dóciles canguros © José Ripero
Tres días antes del eclipse, hicimos una excursión durante todo el día, a la Barrera de Coral para practicar snokerling y algunos bucear con botella en ese maravilloso paraje. Bidón 5 elegió bien el tour operador local, ya que la compañia Quicksilver, dicen que es la mejor de la zona.
La excursión y buceo a la Gran Barrera de Coral en dos palabras, IMPRESIONANTE, maravillosa, fascinante (vamos que se le puede añadir cualquier adjetivo, pero se quedará corto) con el espectáculo submarino que se puede disfrutar en la zona, cientos de corales de diversos tipos y familias, tridacnas, anémonas, actinias, pez payaso, pez león, etc. etc.
Catamarán que lleva a la plataforma sobre la Barrera de Coral © José Ripero
«Piscinas» sobre los corales para practicar snorkerling © Isidro Ribas
Preparativos de los buceadores con botella de la expedición, que espectáculo nos esperaba después !!!
(de izda a dcha, Pilar, Carlos, José, Stephanie e Isabel, con gorra Emma, la guía) © Isidro Ribas
Y ahora unas cuantas fotos de la inmersión hechas con su cámara submarina por uno de los expedicionarios que bucearon con botella, Isabel Castro, que a pesar de su espectacularidad dan una vaga idea de la belleza y realidad del fondo coralino.
Bajada al fondo de dos submarinistas, Stephanie y Carlos © Isabel Castro
Corales de todos los tipos y colores, qué maravilla!!! © Isabel Castro
Actinias y sus vigilantes, el pez payaso «Nemo» © Isabel Castro
Pez Arlequin manchado escondiéndose en hexocoral ramificado © Isabel Castro
Colonias de hexocorales en plataforma, qué maravilla!!! © Isabel Castro
Almeja gigante (Tridacna gigas) © Isabel Castro
Submarinista faenando, je (coñe, si soy yo…) © Isabel Castro
Más corales…, qué maravilla!!! © Isabel Castro
Pez León y su despliegue de defensas © Isabel Castro
Pez arrecife © Isabel Castro
La noche anterior al eclipse llovió mucho y el amanecer del 14 de noviembre no prometía mucho, las nubes justamente en la zona que no deberían de estar, tapando la colina por la que iba a salir el Sol…
Amanecer 14 noviembre 2012, playa Kewarra Beach resort © José Ripero
A las 5 de la mañana ya teníamos todos los archiperros astronómicos montados (telescopios con sus filtros y en sus trípodes, cámaras fotográficas a punto, prismáticos con sus filtros, gafas eclipseras, camisetas eclipseras puestas, etc. etc.)
Expedición Urania esperando la salida del Sol y comienzo del eclipse © José Ripero
Mientras tanto, la hora del comienzo del eclipse se acercaba, las nubes seguían en el mismo sitio y cada vez iban a más…
Sol en el horizonte, a 10 minutos escasos del comienzo de la fase parcial del eclipse © José Ripero
La totalidad estaba cerca, seguían las nubes, el Sol casi invisible, pero la luz, ay! que luz….
Eclipse en progreso, 5 minutos antes de la totalidad © Isidro Ribas
Kewarra Beach, 2 minutos antes de la totalidad © Isidro Ribas
De repente, oscuridad había comenzado la totalidad, pero era totalmente invisible la corona solar y el propio Sol, de repente y sin casi tiempo de reacción otro fogonazo de luz y ya había terminado, es lo que tiene estos eclipses totales tan cortos….
Corona solar, Totalidad, eclipse Sol 14 noviembre, Port Douglas (a unos pocos kms. del Kewarra Beach), lo que no pudimos ver…
La decepción era claramente visible en la cara de los miembros de la expedición Urania ya que habíamos podido ver parte de la fase parcial pero la totalidad y la corona la habíamos perdido para siempre.
En fin mejor suerte para el siguiente eclipse, Agosto 2017 en USA © Isidro Ribas
El mismo día del eclipse salimos hacia Sidney, y a pesar de nuestro desencanto todos entendíamos que la climatología inherente a los eclipses te puede jugar malas pasadas como la que sufrimos, porque para más envidia, minutos después de la totalidad, las nubes desaparecieron del cielo y tuvimos cielo azul hasta nuestra partida a mediodía de Cairns (no es que sea consuelo, pero muchos miles de personas desplazadas a Cairns pasaron por iguales circunstancias, siendo muy pocos los afortunados que pudieron contemplar la totalidad del eclipse).
Una vez en Sidney, esa misma tarde dimos nuestros primeros paseos por la ciudad más grande de Australia, aunque la visita a la ciudad se realizó al día siguiente, con un tour por la ciudad, sus playas y zonas históricas, para terminar con una visita guiada al Sidney Opera House.
Sidney, antigua estafeta de Correos © Isidro Ribas
Sidney Opera House © José Ripero
Sidney Opera House © José Ripero
Sidney Opera House © José Ripero
Sidney, catedral de St. Mary © José Ripero
En un parque cercano al hotel, pudimos contemplar uno de los ejemplares de aves más espectacular de la zona de Queensland, el periquito arcoiris, mientras se alimentaba en los árboles con flores del parque. Qué maravilla de ave, verle volar y moverse por las ramas, qué espectáculo…
Lorito Arcoiris
Pudimos realizar una excursión al Acuario de Sidney con intención de ver uno de los animales totem de ese continente, el famoso ornitorrinco, pero el bichejo no colaboró y después de estar durante más de media hora delante de su habitáculo en el acuario, no hubo manera de poder verle, en fin otra vez será… (mamoncete de animalico, je)
A cambio si pudimos ver gran cantidad de animales marinos como tiburones, rayas, barramundis, pinguinos, caballitos de mar, pez payaso y cardenal, etc. e incluso manatís.
Manatí, acuario de Sidney (una cuidadora nos dijo que se zampa unas 35 lechugas diarias, angelito)
© José Ripero
Pez payaso y cardenal, Acuario de Sidney © José Ripero
Al día siguiente teníamos programada una visita a las Blue Mountains y al parque de animales Featherdale; creo que fue el peor día en cuanto a climatología del viaje, una niebla cerrada que duró todo el día que nos impidió poder ver y fotografiar los valles, cañones y miradores del PN Blue Mountains; comimos con Bob Evans y su mujer Elaine, que viven en esa zona y menos mal que antes habíamos hecho una parada en Featherdale, donde pudimos tocar y admirar a los famosos koalas y ver ejemplares de la rica fauna australiana.
Canguros, parque naturaleza Featherdale © José Ripero
Equidna, Featherdale, otro de los animales totémicos de Australia © José Ripero
Koalas, increíbles © José Ripero
Cucaburra, el pájaro nacional australiano, Featherdale © José Ripero
De Sidney volamos hacia Auckland para empezar nuestro periplo por Nueva Zelanda, este país tan desconocido pero fantástico.
Nuestro primer contacto fue con el centro de Auckland y la cena en Sky City a 328 ms. de altura, con preciosas vistas a toda la ciudad, la más importante de la isla Norte.
Auckland, Sky City © José Ripero
Al día siguiente visita guiada por la ciudad, con visitas al Museo de Auckland y en la bahía Okahu, el acuario «El Mundo bajo el Agua» de Kelly Tarlton.
Simpático medio de transporte, acuario Kelly Tarlton © José Ripero
Pinguino Emperador, acuario Kelly Tarlton © José Ripero
Marchando una de arroz caldoso con bogavante, ñam, ñam © José Ripero
Jo que bien, en este país hay rosas atléticas, je © José Ripero
Interior sala de ceremonias maorí, Museo de Auckland © José Ripero
De Auckland nos desplazamos hacia la zona de Rotorua, pasando antes por las famosas cuevas de Waitomo, con sus fantásticos gusanos luminosos (la larva de un insecto que atrae a sus presas con luz) que iluminan el techo de las cuevas.
Cuevas de Waitomo
Rotorua es una ciudad con una enorme actividad volcánica en forma de géiseres de agua caliente, (unos 500 en la zona) actividad termal como piscinas de barro caliente y emisión de gases, etc.
Geiser Pohutu, Te Puia complejo geotermal, Rotorua © José Ripero
Charco de las Ranas, Rotorua © José Ripero
De Rotorua nos desplazamos al PN Tongariro, alojándonos en Tongariro Chateau, situado en las faldas de uno de los tres volcanes de la zona, el volcán Ruapehu. Este Parque Nacional está declarado por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad por sus valores culturales y paisajísticos. El complejo volcánico es del tipo estratovolcán, con al menos doce conos volcánicos, destacando tres cráteres con actividad actual y/o pasada, como son el volcán Ruapehu, el más alto de los tres con 2.797 ms. de altura, seguido por el volcán Ngauruhoe (2.290 ms.) y el más bajo de los tres, el volcán Tongariro (1968 ms.). Tiene varios cráteres de explosión inactivos, como las calderas inundadas que forman el lago Azul y los lagos Emerald. y otras calderas activas, como la zona de Te Maari, en la cara norte del volcán Tongariro.
Tongariro Chateau, en las faldas del volcán Ruapehu © José Ripero
Cima nevada volcán Ruapehu © José Ripero
Amanecer en el volcán Ngauruhoe, fotografiado desde el Tongariro Chateau © José Ripero
En este PN existe una de las etapas de cross alpina más famosa del mundo, según muchos la mejor, se llama la Tongariro Alpine Crossing. Es una marcha alpina de 19,4 kms. de distancia, en la que se tarda normalmente de 6 a 7,5 horas (sin paradas), los «valientes» de la expedición Urania que hicimos la marcha tardamos 9 horas (si bien es verdad que unos iban mejor que otros). Desde los primeros bocetos del recorrido de este viaje tenía ganas de hacer esta marcha, considerada como la mejor de este tipo en todo el mundo.
El autor de esta página web estima que ha sido la mejor excursión alpina que he hecho en mi vida, pero también una de las mayores palizas físicas que me he dado durante mi existencia (tardé varias semanas en recuperarme de la marcha agotadora, aunque estaba muy orgulloso de haber conseguida terminarla sin problemas). Hay que tener en cuenta que recomiendan llevar como mínimo 2 ls. de agua, comida, ropa, cámara fotográfica, etc. etc. vamos que es aconsejable un macuto bien provisto (a la espalda, lógicamente, je)
Plano aéreo del PN Tongariro con los tres volcanes citados en este reportaje © José Ripero
La marcha comienza en los aparcamientos de Mangatepopo hasta alcanzar los manantiales de Soda Springs, donde empiezan las primeras cuestas antes de alcanzar la cima del South crater, paso natural entre los volcanes Tongariro y Ngauruhoe (3,5 horas de marcha desde Mangatepopo)
Al principio todo eran sonrisas… © Carlos Aragón
Primeras cuestas, subiendo hacia el South crater © José Ripero
Monte Ngauruhoe, con las coladas de lava de la erupción de 1975, en primer plano © José Ripero
Cima de South crater, con toda clase de indicaciones © José Ripero
En South crater se produce la primera parada «técnica» (y recuperación de resuello, je); es el paso natural entre los dos volcanes) para luego seguir ascendiendo hasta coronar la cima de Red crater (1.886 ms. de altura, el «techo» de la marcha). Este cráter es espectacular por su vívido color rojo que destacaba contra la nieve de fondo; es un cráter que tuvo su última erupción volcánica en 1975. Las vistas desde la cima del cráter espectaculares, con fantásticas visiones de la zona de los Emerald lakes y Central crater.
Red crater (1.886 ms), cráter formado en la erupción de 1975 © José Ripero
Para bajar hacia la zona de Emerald Lakes hay que hacerlo por una ladera bastante peligrosilla (con roca y arena volcánica suelta, pequeña y muy resbaladiza, y en algunos sitios con zonas de nieve pisada helada…)
Panorama de los Emerald lakes, desde la cima de Red crater © José Ripero
Emerald lakes (el color característico de las lagunas es debido a la presencia de metales pesados disueltos en el agua)
© José Ripero
Ladera de descenso hacia Emerald lakes, que bajadita… © José Ripero
Los cinco valientes marchadores (de izda a dcha. Pilar, José, Chon, Isidro y Carlos) en Emerald lakes
© José Ripero
Después de una reparadora comida en las orillas del Blue lake (bonito pero helador panorama, je) nos pusimos otra vez en marcha para ir hacia la última y fantástica sorpresa que nos tenía guardado el PN Tongariro, la erupción del volcán Te Maari en la ladera norte del Mte. Tongariro de la que fuimos testigos de excepción.
La erupción fue únicamente de gases y polvo, elevándose una nube que alcanzó 2 kms. de altura.
La explosión del pasado 6 de agosto de 2012, tuvo además del lanzamiento de gases, expulsión de rocas y bombas de lava, siendo potencialmente mucho más peligrosa que la tuvimos la fortuna de ser testigos
Erupción de gases cráter Te Maari, cara norte Mte. Tongariro (21 Nov 2012 – 13:25 horas) © José Ripero
Erupción de gases, cráter Te Maari, cara norte Mte. Tongariro (21 Nov 2012 – 13:25 horas) © José Ripero
Nubes de ceniza, erupción de gases cráter Te Maari, cara norte Mte. Tongariro (21 Nov 2012 – 13:25 horas) © Isidro Ribas
Calderas de gases , cráter Te Maari, cara norte Mte. Tongariro, había entrado en erupción hacía un par de horas
© José Ripero
La erupción volcánica fue el colofón final a una fantástica excursión alpina (esa misma tarde cuando llegamos al Tongariro Chateau, ya estaba cerrado el Tongariro Alpine Crossing; en el momento de redactar este reportaje, finales diciembre 2012, la etapa del Tongariro Alpine Crossing, Red crater-Ketetahi sigue cerrada al público).
Después de nuestra estancia en la isla norte, al día siguiente volamos hacia la isla sur, llegando a mediodía a la capital de la zona sur de la citada isla sur, Queenstown. La ciudad encajonada en el lago Wakatipu es preciosa, con unas vistas al lago y las cumbres nevadas de las estribaciones de los Alpes neozelandeses absolutamente impresionantes. Nuestro hotel situado a las afueras del centro de la población nos permitió realizar durante dos noches un par de observaciones astronómicas, ya que esta ciudad era el paraje de Nueva Zelanda más al sur que íbamos a estar, con una latitud de 45º sur.
A esa latitud, las Nubes de Magallanes están casi en el zenit y la Cruz del Sur y Alfa y Beta Centauro tienen más de 35º de altura poco antes del amanecer.
Como parte final de nuestro viaje, nos quedaba por visitar tanto la zona del Mte. Cook, la montaña más alta de todo el subcontinente australiano, con 3.754 ms. y otra visita a la Tierra de los Fiordos, Milford Sound, donde se habían rodado muchas escenas tanto de la saga cinematográfica del Señor de los Anillos como de la recién estrenada «El Hobbit».
Sequoia gigante, Queenstown © Isidro Ribas
Queenstown – Zona de bares y ocio © José Ripero
Atardecer, lago Wakatipu, Queenstown. © Isidro Ribas
Hicimos una excursión a Milford Sound, zona de acantilados y fiordos, con traslado en barco para admirar las cascadas y fiordos de la costa sur de la isla, así como la contemplación de la fauna y flora de la zona, entre otros los pingüinos de Adelaida y las focas árticas.
Mirror Lakes, camino de Milford Sound © José Ripero
Entrada a Milford Sound, naturaleza salvaje por todas partes © José Ripero
Cascadas alpinas, camino de Milford Sound © José Ripero
Crucero escénico de Milford Sound © José Ripero
Milford Sound © José Ripero
Quién tiene más frío, je ? © José Ripero
Cascada de Stirling © José Ripero
Focas tomando el fresco mañanero (el harén en el solarium), Milford Sound © José Ripero
Otra excursión que hicimos desde Queenstown, fue a la zona del monte Cook y sus glaciares. El Mte. Cook es la mayor cima de los Alpes neozalendeses y por ende de todo el continente australiano, con sus 3.754 ms. es una cumbre permanentemente cubierta con nieve y con glaciares visibles todo el año. Tuvimos la gran suerte de poder disfrutar de un día despejado y con cielo azul que hizo todavía más espectacular la visión de esta cima, sus glaciares y demás parafernalia alpina. Algunos componentes del grupo hicimos una excursión en helicóptero al glaciar Tasman, espectacular…
Mte. Cook, desde la lejanía © José Ripero
Mte. Cook, 3.754 ms., la cima más alta de Oceanía © José Ripero
Parece que vas a chocar con el mte. Cook!! © José Ripero
Glaciar Tasman, desde el helicóptero © José Ripero
Mte. Cook, 3.754 ms, la cima más alta de Oceanía, desde el glaciar Tasman © José Ripero
Glaciar y xeracs del mte. Cook © José Ripero
Pisando con cuidado!! el glaciar Tasman, je © José Ripero
Al día siguiente de nuestra excursión a Milford Sound, volvíamos a España, y después de un agotador viaje de 27 horas, con 4 vuelos y varias escalas (Queenstown-Sidney, Sidney-Singapor, Singapor-Londres, Londres-Madrid) aterrizamos en el aeropuerto de Barajas, después de un fantástico viaje de 24 días, con un pequeño borrón, la no observación del eclipse total, pero bueno todo lo demás mereció la pena y mucho (entre otras cosas, la fantástica noche de observación celeste en Ayers Rock)
Agradezco a algunos miembros de la expedición como Isidro Ribas e Isabel Castro, por haberme permitido usar sus fotos para poder completar este reportaje de nuestra expedición.
Pues nada más sobre este viaje, seguimos preparando el viaje a Noruega para la observación de auroras boreales, para finales de octubre de este año, así como los primeros escarceos de recorrido para el siguiente viaje eclipsero, Parques Nacionales del Oeste americano y eclipse de Sol, Agosto 2017.
Madrid, 1 de Enero de 2013